AGUIRRE

AGUIRRE

Una expedición española encabezada por Don Pedro de Ursúa se adentra en el Amazonas con el objetivo de encontrar la legendaria ciudad de El Dorado. Lope de Aguirre, segundo al mando, pronto se hará con el control de la misión, conduciéndola al más profundo de los abismos.

Hay personajes gigantescos que desbordan la Historia. Lope de Aguirre es uno de ellos. Vilipendiado y arrojado a los perros, solo siglos después Bolívar reivindicará su figura en el marco de la independencia americana. Aguirre, intrigante, tirano y libertador. Un enfermo del valor absoluto del honor que le impide olvidar ofensa alguna y renunciar a la venganza. Aguirre, paranoico lindando con la psicopatía, mata con facilidad a enemigos e incluso a seguidores poco entusiastas. Se le atribuyen, directamente o por orden suya, 72 asesinatos. Duerme vestido y armado. Pero es también un hombre que combatió a todo un Imperio cara a cara. A su manera, pedía justicia. Dijo una vez Aguirre “Aquí el que dice la verdad es tratado de loco”. Lo creía, actuó en consecuencia y el Amazonas se tiñó de rojo. Los héroes son hitos que conducen, sostienen y hacen germinar las historias más extraordinarias. El héroe es un ser nacido para lo extremo y un salvoconducto para sortear la realidad. Tal vez por eso la mitomanía es en mí una forma de supervivencia extrema.

Quería contar la historia de un rebelde enloquecido. Héroe trágico y tirano. Verdugo y libertador. Humano y diabólico. Lope de Aguirre es la cólera de dios retando al mismísimo Felipe II y a la Historia desde un meandro perdido en el Amazonas. Es un descenso a los infiernos. Un corazón de las tinieblas. Una gigantesca historia sobre la que escribir y llevar al escenario.

Paco Bernal (autor del texto).

Equipo artístico

Dirección y espacio escénico
Pedro Hofhuis
Idea original y dramaturgia
Paco Bernal